Una vida salvada merece ser vivida
con dignidad

Repositorio de experiencias

Elba Pedrosa

"Empezar de cero"

22/04/2019

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Era un hombre menudo. Pequeño de cuerpo, y más de pensamiento. De ideas escasas, valores oscuros. Con un montón de manías que removía días y noches. Había dedicado la vida a mirar por encima del hombro de los otros, y por detrás de los que pensaba que algún día podrían crecer más que él.

Desde el principio no había tenido duda; Anxo era mucho más que él. Lo sabía, el medio hombre, como todos nosotros sabíamos también que Anxo era persona de mayor inteligencia que nuestro último y ambicioso jefe, a pesar de que por respeto o acaso por miedo a perder el trabajo, Anxo se callaba.Se mordía la lengua con los dientes, asentía con una leve seña y le daba la espalda. Sin rechistar.

Anxo llevaba un montón de años trabajando a destajo en la consultora y se llenaba de paciencia para poder lidiar con jefes orgullosos, inseguros o de poco fiar, sin que se llevaran su vida por delante. Sin embargo a veces sabía que era mejor no discutir, dejar las cosas pasar hasta que amainara.

Pero en aquel momento no las dejó ir. Me guiñó el ojo y se levantó de la mesa de la reunión con una valentía y claridad como nunca había mostrado. Batió con el puño al lado del medio hombre, y sin querer arrojó por los aires el informe de resultados que estaba hojeando con menoscabo. Quedamos atónitos, con una sonrisa cómplice escondida en las caras.

-¡Basta! -espetó en seguida sin mirar hacia el hombre que a todas horas le despreciaba- No voy a callar más las verdades -y marchó.

Apenas habían pasado unos días desde que Anxo regresara del hospital después del accidente. En la oficina andábamos muy preocupados con el asunto. Confundía las palabras en las conversaciones, se olvidaba de las personas... Nos contó que tenía que empezar de cero, y era claro que había acordado empezar ya. Luego nos marchamos todos de la reunión. Quedó el jefe. Chillaba sin control.


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