El daño cerebral adquirido puede estar causado por una enfermedad o por un traumatismo craneoencefálico. El ictus es la principal causa del DCA, los accidentes de tráfico son la segunda, y los tumores cerebrales son la tercera.
Ictus
Se produce cuando se interrumpe o reduce drásticamente la suministración de sangre a una parte del cerebro, privando a los tejidos del cerebro de oxígeno y alimento. Más información aquí.
Traumatismos craneoencefálicos
Los traumatismos craneoencefálicos (TCE) están caracterizados por la absorción brusca de gran cantidad de energía cinética. La lesiones más habituales son las contusiones por golpe y contragolpe, las contusiones por el roce con las estructuras óseas de la base del cráneo y la lesión axonal difusa (daño sobre un área amplia del cerebro, en los traumas graves).
Este conjunto de lesiones suele verse acompañado en las fases iniciales por la formación de importante edema cerebral y la consecuente pérdida de conciencia o 'coma'. La profundidad de la pérdida de conciencia y la duración de la misma son dos de los marcadores principales para establecer la severidad del daño cerebral.
La principal causa de TCE que acaban desembocando en un daño cerebral son los accidentes de tráfico. También son causas comunes los accidentes laborales, las caídas (especialmente en las personas mayores), los golpes en el deporte o las peleas.
Tumor cerebral
Es un grupo de células anormales que crece y se multiplica en el cerebro o alrededor de él. Los tumores pueden destruir directamente las células sanas del cerebro. También pueden dañarlas indirectamente por invadir otras partes del cerebro y causar inflamación, edema cerebral y presión dentro del cráneo.
Anoxia
Falta casi total de oxígeno en un tejido. Es un estado en el que la cantidad de oxígeno de las células del organismo no es satisfecha.
Enfermedad metabólica
Las enfermedades metabólicas del sistema nervioso central, muchas veces transitorias, se producen en su mayor parte por una elevación súbita de la tensión arterial.
Infección cerebral
Causadas por bacterias, virus, hongos y, a veces, protozoos o parásitos, pueden causar una inflamación del encéfalo (encefalitis) o la inflamación de las capas de tejidos que cobren el encéfalo y la médula (meningitis).