Una vida salvada merece ser vivida
con dignidad

Repositorio de experiencias

Iago Pérez Santalla

"Recuperar un puedo"

15/04/2019

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Era abril y asomaba poco a poco la primavera por la ventana. Tenía delante de mí aquella vista maravillosa donde el monte del Castelo se besa con el de Serra. Esa vista significaba andar, recurrir los cortafuegos viendo saltar conejos de mata en mata y parejas de perdices en época de enamorarse. Esa vista significaba libertad, salir de abismos y problemas que hoy me parecen ínfimos para repensar la vida oxigenándola de libertad. Bajar por Serra y tropezar en el Puntillón al lado del viejo molino de Parceiros que, como yo, se resiste a la ruina. Como el Puntillón, quiero volver a ser yo, sentirme libre y moler sueños para desayunar un pan contento pero, ¿cómo? ¿Qué me queda? Una mano y dos piernas que tienen que buscar un nuevo equilibrio.

Ahora estoy solo en casa, soñando con mi molino. En el sueño soy libre pero el espíritu de supervivencia me obliga a despertar. Tengo delante de mí el antiguo chinero que había venido de A Coruña, de la casa de Don Jorge. Me da rabia verlo, antes de... iba a empezar a restaurarlo. Voy al cobertizo y cojo aquella cajita tan bonita de herramientas que me habían regalado el día del padre. Diez días antes... un regalo de otra vida... Ahora tengo el chinero enfrente y la cajita a mi lado, los rodean un mundo de posibilidades. Nada que perder, algo que ganar. Vamos, vamos, cojo aquel cicel que me había llamado la atención cuando abrí la caja por primera vez y empiezo a lijar el chinero de Don Jorge. Con una mano es muy complicado, sudo, desisto, no puedo, pero vamos otra vez y venga lija. Imagino el chinero restaurado y la ilusión que le haría a mi padre. Pienso en él y vuelvo a la carga. Esta será mi nueva misión, sé que puedo, sé que la vida vuelve a tener los horizontes de alegría y porvenir.


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